1- Calentamos el horno a 190 grados y ponemos los muslos con la piel hacia arriba 15 min. Aunque en la lata ponga que los últimos cinco minutos pongamos los muslos a gratinar, no lo hacemos.
2- Pelamos y cortamos las patatas en rodajas finas. Con la grasa que hemos quitado del confit y un buen trozo de mantequilla, las freímos en una sartén. Las hacemos a fuego lento y las vamos rompiendo un poco con la espumadera. Tienen que quedar como bastante cocidas pero no crujientes.
3- Cuando está el confit, le separamos con cuidado la piel y reservamos. Desmigamos los muslos.
4- Volvemos a meter solo la piel en el horno y gratinamos a 270 grados 4 o 5 min. Tiene que quedar crujiente. Recortamos los trozos feos y reservamos.
5- Mientras, en una sartén, ponemos mantequilla y caramelizamos las rodajas de manzana con un poco de azúcar. Tapamos para que suelte agua.
6- Ya solo queda emplatar, Con un molde pequeño, ponemos primero la patata, luego el confit, la manzana y la piel crujiente encima.